Teresa Claramunt

Teresa Claramunt fue un ejemplo de esfuerzo y lucha en el seno del sindicalismo anarquista español, una obrera textil que muy pronto adquirió conciencia social, y dedicó su vida a la causa de los trabajadores y trabajadoras. Se atrevió a transgredir las normas y valores de género. Desarrolló un camino vital lleno de desafíos para cuestionar el modelo de feminidad vigente. Fue también una mujer heterodoxa en su pensamiento feminista que se basó en su experiencia como mujer obrera. Su origen social la alejaba del perfil de las feministas de su tiempo, mujeres cultas y educadas en familias liberales. Teresa Claramunt sentó las bases del feminismo obrerista de base anarquista. 

Nació en 1862 y vivió en Sabadell donde empezó a trabajar en la industria textil. Participó en la Huelga de las Siete Semanas de 1883 para reivindicar la reducción de la jornada laboral a diez horas, uno de los conflictos sociales más importantes en la historia social de Sabadell. Su preocupación por la liberación de las mujeres le hizo colaborar con Ángeles López de Ayala y Amalia Domingo en la creación de la Sociedad Autónoma de Mujeres de Barcelona en 1892. Claramunt no fue condenada por ningún delito, pero fue deportada a Inglaterra, aunque también residió en París. En 1898 regresó a España. 

Ya en el siglo XX fundó El Productor (1901), y renovó su entusiasmo luchador en la prensa, como lo demuestran sus trabajos en La Tramuntana, La Revista Blanca, para dirigir El Rebelde entre 1907 y 1908. Escribió un folleto titulado La mujer. Consideraciones sobre su estado ante las prerrogativas del hombre. En la obra hacía un brillante alegato sobre la emancipación de la mujer, teniendo que ser ella la protagonista de la misma. Además, formuló una profunda crítica a la educación por ser la causante de la dependencia femenina.